En el aquí y ahora: Sanando desde el Alma en las Selvas de Costa Rica.
- William Cerdas
- 31 ago 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 sept 2024
Fue durante un encuentro fortuito con Christina Zingrich, kinesióloga, terapeuta, consejera y sanadora de la exuberante y vibrante región del Caribe sur de Costa Rica, que decidí cambiar mi vida (una vez más) y comenzar a vivir en el aquí y ahora del cambio siempre curativo.
Durante años, recorrí un camino trazado ante mí, un camino de expectativas y responsabilidades que dejaba poco espacio para que floreciera mi verdadero yo. En el mundo, encontré el éxito, pero a un alto precio.
En los rincones tranquilos de mi alma, un susurro se hizo más fuerte con el paso de los años, pidiendo un cambio, una sanación, un camino que resonara con mi verdadera esencia.
Los años transcurridos en una vida que minó mi espíritu y embotó mis sentidos fueron como una lenta erosión de mi propio ser.
Cada día parecía una batalla cuesta arriba contra una fuerza invisible, una insatisfacción persistente que se manifestaba en todo tipo de enfermedades, todo testimonio del malestar interior.
Busqué ayuda y recibí muchas, pero ninguna funcionó. Todas las opciones parecen fallarme.
Hasta que descubrí la Kinesiología de la mano de mi maestra, Christina. Y nunca más tuve motivos para dudar.
El dominio de Christina de la kinesiología y su comprensión profunda y compasiva de la condición humana ofrecieron un salvavidas a muchas personas, y yo me encontré entre los afortunados que recurrieron a sus servicios de sanación para aprender a salir del hoyo en el que estaba cavando. Para sanarme a mí mismo. Y tal vez, en el proceso, aprender a sanar a otros.
Después de mi primera interacción con la kinesiología, me embarqué en un profundo viaje de autodescubrimiento y curación, y decidí convertirme en kinesiólogo.
La kinesiología se convirtió en la clave para descubrir los misterios que yacen dentro de cada ser humano, revelando capas de emociones no resueltas y potencial sin explotar que, en mi caso, habían quedado intactos desde mi nacimiento.
Experimenté un despertar, una especie de renacimiento, mientras aprendí a escuchar a un Ser Superior que siempre estaba ahí para que yo lo escuchara y a comprender el lenguaje de mi propia energía, realineándome con el verdadero llamado de mi alma.
La transformación no fue instantánea ni fácil.
Fue necesario un compromiso firme con mi propio bienestar y una voluntad de enfrentar y sanar las heridas profundas que habían ido supurando durante años.
Sin embargo, con cada sesión de Kinesiología y cada revelación que llegaba a través de los llamados de mi Ser Superior, me sentía cada vez más fuerte y más en sintonía con los ritmos de la vida.
Mis dolencias comenzaron a desaparecer, reemplazadas por una nueva vitalidad y claridad de propósito en todos los niveles de mi vida.
La sabiduría y el apoyo de mi maestra me permitieron no sólo sanar sino también visualizar un futuro en el que pudiera ayudar a otros a hacer lo mismo.
Inspirado por las enseñanzas que recibí de Christina, seguí el camino de la kinesiología, profundizando en el arte y la ciencia de la curación.
El viaje fue transformador y me permitió reconstruir mi vida sobre una base de alegría, propósito y expresión auténtica. Y lo más importante, hacer realidad mi misión en la vida.
Con esta nueva claridad, pude crear mejoras significativas en todas las áreas de mi vida.
Una de las más significativas fue la creación de Coralillo y todos sus productos y servicios.
Ellos encapsulan la esencia de este viaje que comenzó en la selva profunda de la costa caribeña sur de Costa Rica, un testimonio del poder de la Sabiduría Interior y el efecto transformador del Amor como energía curativa. Están diseñados para guiar a otros a través de sus propias luchas, de la mano de su mejor Guía: Ellos Mismos.
Hoy miro hacia estos años con la mayor gratitud. Son el crisol que forjó mi camino, las oportunidades necesarias que me llevaron a mi verdadera vocación. A través de la guía de maestros y amigos y el poder sanador de mi Ser Superior, no solo he recuperado mi salud y felicidad, sino que también he encontrado una manera de compartir este regalo con otros, ayudándolos a transitar sus propios viajes de transformación.
Creo firmemente que, al final, es el susurro silencioso de nuestra alma el que contiene la clave para nuestra mayor realización.
Al atender su llamado, nos abrimos a una vida de profunda alegría y posibilidades ilimitadas.
Este es el regalo que ahora ofrezco al mundo a través de Coralillo, un conjunto de servicios nacidos de las profundidades de mi propio viaje y una luz de esperanza para aquellos que buscan desbloquear el llamado de sus propias almas.
Siempre con una sonrisa.
Porque al final esa es nuestra mejor guía.
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